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Un ETF, o fondo cotizado en bolsa, es un tipo de fondo de inversión que se negocia en bolsa, como una acción ordinaria. Estos fondos funcionan teniendo una tesis de inversión propia (por ejemplo, energía verde o tecnología disruptiva) que utilizan como guía para comprar activos que encajan en esa tesis específica.
Un ETF puede tener en cartera todo tipo de activos, como acciones, bonos, divisas, materias primas, criptomonedas, etc. De este modo, cuando usted compra el ETF, su capital está proporcionalmente expuesto a todos los activos subyacentes que el ETF posee.
El propio ETF trata de mantener su valoración a un nivel comparable al valor liquidativo de todos los activos que posee; sin embargo, dependiendo del sector, no es inaudito que los ETF coticen con prima en comparación con los activos que poseen.
El verdadero valor de los ETF es que permiten a los inversores asignar capital a "temas" específicos sin tener que negociar los activos subyacentes que poseen. Los ETFs ESG (Environmental, Social, and Governance) son un ejemplo de inversión que sigue una filosofía específica. Lo mismo ocurre con los ETF de criptomonedas o mercados emergentes.